4.16.2007

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El control es el gran problema.
El control desmedido que ejercemos sobre nosotros mismos.
El control de la situación, del momento y de la vida.
El control como algo inconsciente y no como una elección al momento de.

Dos personas corriendo, felices. El paradero indica luz roja y se ven un par de autos pasar. Los segundos nos favorecen y podemos seguir corriendo aunque el verde no esté de nuestro lado. Uno de los dos, se detiene y el otro corre y sigue sonriendo. Frente a frente con una calle que separa y que contrasta. El que se acordó de la luz roja se autoncontroló, se salvó sin pensar, sólo obedeció. El que cruzó la calle lo hizo porque supo que el momento duraría hasta ahí, las sonrisas y los ojos arrugados. No quiso salvarse, quiso seguir viviendo. Y si los segundos entre un auto y otro no eran suficientes, daba lo mismo. La muerte era feliz con el mejor de los recuerdos.

Las precauciones son necesarias en muchos casos, precauciones conscientes. Si hubiese parado en la luz roja no por indicación de infancia, sino porque yo decido que no quiero tener la posibilidad de morir en ese minuto sería muy distinto. Vuelve la luz verde y sigo corriendo, paré porque quería seguir teniendo de aquellos momentos. Aunque en la otra esquina no decidiera lo mismo y un auto pasara por encima mío.

No te salves, lo dice alguien por ahí. Las palabras nunca están demás y jamás serán ridículas. La verguenza no sirve y el trabajo es grande para vencerla. Los minutos casi ni se tocan y no cuesta tanto hacer que si. No pensar que existan, sino hacerlos existir. Exprimir cada momento y respira profundo. Mirar los colores opacados y recordar que en cualquier momento un edificio se viene encima y se acaba todo. Luego el arrepentimiento, o quizás nada. Lo que hice y lo que no. Lo que debí, lo que nunca debí hacer. Me faltó decir.

Es necesario que corra sangre por nuestras manos para darnos cuenta de como es la cicatrización. Nunca acelerar. Vivir cada segundo del llanto, que el nudo en la garganta no se deshaga y sentir el dolor que se provoca. Para distinguirlo con el aire puro. Masticar, tragar y digerir lo peor. Para por fin aprender.

Salvarse es evitar, y esto, privarse de la experiencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola cindy.